
¡Vuelve El Pan Cotidiano! Nuestra fórmula de pan sencilla, especialmente pensada para dar cabida a casi cualquier combinación que se te pueda ocurrir, está de nuevo en la ciudad. En esta ocasión, viene repleta de deliciosas semillas, para tentarte con una hogaza suave o unos panecillos deLuxe llenos de crujientes pepitas de sabor. Nosotros creemos que una buena masa básica de pan, elaborada con levadura de panadero, es el mejor punto de partida para probar a añadir sabores y texturas interesantes, así como para intentar nuevas combinaciones; la masa madre natural aporta un sabor y un aroma fantásticos, pero en la variedad está el gusto, y tal vez te apetezca (como nos pasa a los que hacemos Panarras.com) disfrutar del sabor más suave y de los aromas más sutiles que acompañan al uso de la levadura de panadero. Además, la neutralidad del sabor de un pan blanco hace que, si le añadimos tropezones y otros elementos sabrosos, éstos van a ser los protagonistas del asunto. ¿Que te gusta el sabor de las semillas en tu pan? Con esta fórmula podrás gozar de un pan de semillas sin interferencias. Finalmente, este pan está especialmente destinado a todos los que no tenéis un tarro con fermento natural de vuestra propia cosecha en casa, pero disfrutáis haciendo vuestras propias hogazas y comiendo pan casero de calidad, porque esto es precisamente aquello a lo que no vamos a renunciar. El Pan Cotidiano de semillas hace uso de todos los trucos para alcanzar su objetivo: ¡que te tomes una tostada descomunal!
El Poolish es un prefermento estupendo. Muy fácil de hacer (sólo hace falta remover una papilla), muy práctico en casa (si se prepara en el mismo bol en el que después mezclaremos la masa de pan, no mancha cacharros adicionales), y con un aroma delicioso, resulta perfecto para conferir extensibilidad a las masas. Bastante parecido, en cuanto al sistema de trabajo, a la masa madre natural al 100% de hidratación (o, a la francesa, levain líquido ), su utilización resulta en masas más suaves y extensibles, con menos elasticidad, porque el contenido en ácidos orgánicos del poolish, aunque significativo, es mucho menor que el de un levain líquido bien maduro. De ahí su empleo en baguettes y en croissants: ambas preparaciones necesitan masas que han de pasar por un formado agresivo sin desgarrarse. Para este caso, lo vamos a utilizar, al estilo del Pan Cotidiano, en un porcentaje relativamente moderado, con la intención de que nos dé suavidad y ligereza en la miga.
El empleo de semillas en el interior de la masa es algo que ya hemos tratado en ocasiones anteriores. En el Multipan uno de los casos posibles que se proponían era precisamente una versión de este mismo pan; el Pan de semillas y 10 horas aplicaba un método directo extremo, con una mínima cantidad de levadura, para conseguir un pan suave y lleno de sabor. A pesar de ello, me parece que disponer de una versión extendida de una receta de este estilo puede ser útil cuando necesitemos preparar un pan un poco pijo pero muy sabroso, con el detalle de las semillas que gustan mucho, y un sabor suave, para quien lo prefiera frente a las versiones más recias y poderosas a las que intentamos acostumbraros. Precisamente para mantener el sabor suavecito, vamos a escaldar las semillas en crudo, sin tostarlas previamente: las semillas de sésamo, lino, amapola o las pipas de calabaza y de girasol sacan sus sabores más profundos y su potencia brutal con un buen tueste... que les vamos a ahorrar. ¡Sutileza es la palabra!
Preparaciones previas
Poolish (el día anterior):
Mezclar bien el agua y la pizca de levadura (del tamaño de media uña de tu dedo meñique más o menos) hasta que ésta se disuelva perfectamente. Añadir la harina y remover, con ganas pero con despreocupación, durante medio minuto. Tapar bien y dejar unas 12 - 16 horas, hasta que aquello sea un festival de burbujotas y desprenda un precioso aroma a fermentación primaveral.
Soaker o empapujo (unas horas antes):
Juntar todas las semillas en un bol y añadir la cantidad especificada de agua hirviendo sobre ellas. Remover bien y dejar tapado hasta que se enfríe totalmente; el agua habrá desaparecido y las semillas se habrán hidratado estupendamente bien. Las mezclas de harinas con semillas, que se pueden comprar a veces en el supermercado y no están nada mal, tienen el problema de no permitirte hacer este proceso de hidratación; igual has notado alguna vez que comiendo panes de semillas éstas son más bien durillas y se te meten entre los dientes como okupas de tu dentadura, lo que ocurre porque las semillas se encuentran secas y deprimidas en mitad de la masa. Con el sistema del soaker las semillas se hinchan y se ablandan y este problema desaparece casi por completo.
Los porcentajes para esta fórmula son:
Harina de trigo | Agua | Sal | Levadura de panadería fresca | Mezcla de semillas | Agua para las semillas | |||
Prefermentada | Restante | Prefermento | Restante | 2% | Prefermento | Restante | 15% | 10% |
25% | 75% | 25% | 40% | 0,1% | 1% |
Adicionalmente, y de forma opcional, podéis emplear un 3% - 5% adicional de semillas para recubrir el pan. Os dejo a continuación las cantidades necesarias para una hogaza de tamaño medio o una bandeja entera de panecillos:
Harina de trigo | Agua | Sal | Levadura de panadería fresca | Mezcla de semillas | Agua para las semillas | |||
Prefermentada | Restante | Prefermento | Restante | 8 g |
Prefermento | Restante | 60 g |
40 g |
100 g |
300 g |
100 g |
160 g |
0,4 g |
4 g |
Y unos 15 - 20 g adicionales de la mezcla de semillas, para recubrir el pan si os gusta así.
NOTA: como siempre, se puede utilizar levadura de panadero instantánea, esa que está liofilizada y viene en unos pequeños gránulos marrones con forma de churritos microscópicos. En ese caso, tenéis que poner la tercera parte de levadura seca que de fresca, porque la primera es tres veces más potente que la segunda.
Si has hecho el poolish en el bol grande donde harás la masa de pan, añade el agua directamente encima y diluye bien el poolish en el agua. Después, incorpora la harina y mezcla todo bien hasta tener una masa homogénea y un poquito pegajosa. Déjala reposar, bien tapada, durante media hora de autólisis; ya sabes muy bien que este paso es fundamental para facilitarte el amasado a mano y que mejora mucho la calidad del pan.
Añade la sal y mézclala bien, incrustándola en la masa para que no se escape. Después, haz lo mismo con la levadura, bien desmenuzada. Esta masa se encuentra en el límite seco del amasado francés; es normal que comiences amasando así y, según la masa adquiere cohesión, te pases a un amasado duro sobre la mesa, con la base de la palma de la mano. De todas maneras, el tipo de amasado que harás va a depender de la capacidad de absorción de humedad de la harina que estés utilizando; si ves la masa muy seca para tu gusto, siempre puedes añadir una cucharada o dos de agua para soltarla un poquito. Dale caña hasta que la masa esté suavecita y elástica, lo que sucederá en unos diez minutos, y entonces añade las semillas. Distribúyelas en una capa sobre la masa y trabaja con la rasqueta, dividiendo la masa y montándola sobre sí misma varias veces, para que vayas creando capas de masa y semillas. Este sistema, que enseñan muy bien en La Cocina de Babette, es muy eficaz y minimiza la cantidad de semillas que acaban en el suelo. Cuando tengas bien distribuidas las semillas, haz una bola con la masa y deposítala en un bol previamente aceitado. Tápala bien con papel film o una tapa chula y ¡a fermentar!
Dos horas o dos horas y media, más o menos, con un par de pliegues, a la media hora y a la hora. La masa ha de estar bien hinchada y temblorosa.
Como a casi todas las masas, no le viene nada mal un preformado; saca la masa a la superficie de trabajo con la mínima cantidad de harina (se pega poco) y dale un poquito de forma, sin apenas tensión, y déjala reposar, tapada con un paño, unos 15 - 20 minutos; así tendrás una masa más fácil de trabajar y dividir. Este pan tiene, para mí, dos personalidades: en hogaza (bola o bâtard), con la que salen unas rebanadas como la de la foto (¡tostadas deliciosas!) o en panecillos de mesa; de unos 40 g aproximadamente de peso por unidad salen fenomenal, no muy grandes y muy finos. Dale una buena tensión al formado, que la masa te lo aguanta, y listo.
Este pan se puede recubrir, opcionalmente, de una gruesa capa de semillas, para que el exterior refleje el interior. Hace muy bonito pero después, hay que tener en cuenta que habrá que pasar la escoba casi cada vez que cortemos pan, porque las semillas de la corteza se acaban desprendiendo en grandes cantidades). Os copio aquí el método que ya hemos descrito en el Multipan:
"RECUBRIMIENTO DE SEMILLAS: ¿qué es un buen pan pijo-gourmet de semillas sin su recubrimiento externo de semillas? Esto es fundamental para que la gente exhale suspiros de admiración ante su presencia, y tremendamente fácil de lograr. El mejor método consiste en emplear tu pulverizador (que tienes porque eres un panarra indómito y no te falta nada de nuestra lista de equipamiento nivel experto - y si no, valen 1,50€ y refrescan que no veas en veranazo). Prepara en tu mesa de trabajo una cama tupida de las semillas que has empleado para el pan: tiene que tener el tamaño suficiente para que el pan pueda revolcarse bien en ella. Espolvorea bien tu pan, una vez formado, por todos lados, rápida y someramente, sin empaparlo; y hazlo rodar sobre las semillas con firmeza hasta recubrirlo totalmente. De aquí, directo al cesto de fermentación, al lino o al cuenco con un trapo, donde no necesitarás harina en absoluto pues las semillas te van a mantener el pan perfectamente despegado del cesto, lino o paño."
Sólo cabe añadir un detalle adicional: no olvides que el rebozo de semillas debe recubrir tus panes y/o panecillos completamente, por encima y por debajo; molan el doble así.
Con la hogaza en un cesto de fermetación o en una couche de lino, y los panecillos directamente en un papel de horno, una hora y media más o menos va fenomenal. Conviene dejar que suban bastante, con la consiguiente pérdida de espectacularidad en el greñado, porque la miga de estos panes queda más delicada y suave con un poquito más de fermentación. Las semillas segregan cierta cantidad de aceite y compuestos mucilaginosos que tienen un efecto suavizador de la miga, y conviene aprovecharse de ello para que el bocado de estos panes y panecillos sea tierno y suave ¡Delicioso!
Justo antes de meter los panes, marcarlos con la cuchilla a voluntad, teniendo en cuenta que, si les hemos puesto el recubrimiento de semillas, resulta más difícil que de costumbre darle los tajos; si con la cuchilla cuesta, se puede emplear el cuchillo de pan que da muy buenos resultados. El horno, como siempre, ha de estar precalentado previamente durante media hora por lo menos. Para hornear, tenemos que distinguir entre hogaza y panecillos:
- HOGAZA: horno a 240º C, abundante vapor, perfil de temperaturas descendente de 15º C cada diez minutos, ventilando el vapor a partir de los 15 minutos. Tiempo total: 45 - 50 minutos para el pan recomendado.
- PANECILLOS: horno a 240º C, abundante vapor. A los 10 minutos bajar a 210º C y ventilar, y a los 18-20 ya están hechos.
Los aceites de las semillas proporcionan suavidad y buena conservación a la miga de este pan, que se mantiene tierna durante dos días. Tomadlo con queso, para desayunar con mantequilla y mermelada, de merienda en bocadillo o bikini de jamón y queso o, para los más duros, poned una cucharada de natillas en una buena rebanada, recubrís con láminas muy finas de manzana, espolvoreáis con azúcar moreno y al horno a toda cebolla durante 5 minutos... os aseguro que todo cobrará sentido en ese momento. ¡Una muestra más de las infinitas posibilidades del Pan Cotidiano de Panarras.com!